OPEN VILLA DEL PRADO
2014
Al igual que para las primeras carreras de carretera ha
habido un único valiente, para las carreras de montaña de circuito también ha
habido un único valiente que se ha atrevido con la explosividad y la técnica de
este tipo de carreras. En esta ocasión
el lugar fue Villa del Prado y el corredor Alvaro. A pesar de que este circuito
no es de los más difíciles del Open de Madrid de bicicleta de montaña, si tiene
un par de escalones en una de las subidas y una bajada de piedras que machaca
los brazos, además el circuito estaba muy seco y con arena suelta en más de una
curva.
La salida está situada en la calle del pueblo que
desemboca en la zona de meta, justo
donde se pasa del asfalto a la tierra, ahí, en este último tramo de calle, se
colocan los distintos cajones de salida según las categorías. Para comenzar una
pista ancha y cuesta arriba que evita los habituales embotellamientos de muchas
otras carreras. Tras la pista se pasa al sendero que transcurre entre cintas
por la explanada de meta. Luego viene el pinar con repechos y bajadas plagadas
de raíces y tras este, las piedras, con un par de escalones en subida que
obligan a echar pie a tierra y la bajada más técnica del circuito repleta de rocas, arena suelta y cárcavas. Antes de volver a pasar por el
tramo de calle hay que salvar un riachuelo metido en una hondonada en la que
más de uno se queda clavado al salir.
En esta ocasión, además de Alvaro, había otro integrante del
club que no se pierde una carrera de montaña, Marcos. Gran parte de la carrera
la hicieron juntos hasta que, en una curva no muy complicada, pero con arena
suelta, todavía no sabemos lo que paso, Alvaro se fue al suelo. La caída no fue
grave para él ni para su bici, pero le hizo perder unas cuantas plazas en la
línea de llegada. Al final Marcos quedo el 15º y Alvaro el 18º. En este tipo de
carreras la afluencia no es tan notable como en las de maratón pero sí que
encontramos un nivel muy alto en la mayoría de los correderos.
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